Manejo de prioridades y uso eficaz del tiempo
- RH Cognitivo
- 27 jul 2021
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 25 abr 2022

Desde los griegos hasta hoy la mirada científica es determinista: lo que hoy es ley, lo fue ayer y lo será mañana, podemos entonces prever los comportamientos básicos de la naturaleza. El tiempo sería irrelevante.
Sin embargo, la mirada no científica, filosófica, religiosa o sencillamente humana advierte que hay indeterminación, que hay historia, que no siempre lo que nos sucedió antes determina lo que nos sucede mañana. El tiempo es relevante.
La encrucijada del tiempo nos sitúa en paradoja entre nuestra existencia y el conocimiento. Albert Einstein en los fundamentos de la teoría de la relatividad afirma "el tiempo es una ilusión".
En la segunda mitad del siglo XIX, Ludwig Boltzmann resuelve esta paradoja dándole primacía al observador subjetivo, nosotros. Haciéndonos a cada uno responsables de diferenciar pasado de futuro.
En el curso de los años que siguieron, este concepto dio lugar a lo que se conoció como la ciencia de los procesos no equilibrados, creando de esta forma conceptos como la auto organización y los procesos disipativos, tomados por la biología, la cosmología y las ciencias sociales.
No fue sorprendente entonces que en tiempos tan impredecibles como los que estamos transitando, uno de los temas más consultados y leídos haya sido sobre el manejo del tiempo.
Vivimos épocas de gran incertidumbre. Muchos se sintieron congelados, dando paso a la inacción, con una gran baja en sus resultados y no encontrando los recursos para adaptarse a la nueva realidad. El desafío es transformar el miedo en compromiso, aceptar la incertidumbre, aumentar la confianza en uno mismo y en el equipo de trabajo, logrando hacer más con menos.
Para alcanzar este objetivo, debemos hacernos más dueños de nuestro tiempo, manejando técnicas que nos permitan hacerlo más efectivo.
Hace más de 15 años llego a mí el libro “7 hábitos de personas altamente efectivas” de Franklin Covey. Su visión cambió radicalmente la manera de disponer y priorizar mis tiempos y prioridades. Al día de hoy sigue siendo un libro imprescindible para pensar el tema que nos convoca.
Covey define en su libro estos siete hábitos:
Hábito #1 | Sea proactivo
Es frecuente que nos encontremos justificando nuestras reacciones a lo que heredamos, al medio que nos rodea, o a nuestra familia. En el trabajo, más concretamente, es habitual buscar en los demás la responsabilidad de la falta de motivación o fracasos en conseguir las propias metas. Podríamos escuchar nuestro dialogo interior diciéndonos: “no voy a poder”, “yo soy así", “me vuelvo loco”, “jamás voy a lograrlo”.
Ser proactivo implica comprender que entre la circunstancia y nuestra acción existe la libertad de elegir qué hacer. Muchas veces, no contaremos con varias opciones, comprendiendo que la alternativa más conveniente es esperar hasta que se nos ofrezcan mejores posibilidades. En definitiva, ser dueños de nuestras decisiones en el radar de lo que está al alcance de cada uno. Asumir nuestra responsabilidad, examinar nuestras alternativas, buscar un enfoque distinto, controlar los sentimientos y elegir de una forma no pasional la mejor opción
Habito #2 | Empiece con un fin en mente
En esos momentos donde nuestra mente es un tornado que parece llevarse todo por delante, F. Covey nos plantea que tener predeterminado un propósito de vida estable, una visión a largo plazo, nos permite no quedar atrapados por crisis circunstanciales o temporarias.
Quién hubiera pensado que el 2020 nos encontraría viviendo una pandemia. Ni a los amantes de la ciencia ficción, nos parecía posible vivir un planteo tan distópico.
Covey nos enfrenta a respondernos las siguientes preguntas:¿Cómo querés que te recuerden tus hijos?, ¿cómo te definen tus amigos?, ¿eres una persona honesta? O luego de 10 años en una empresa: ¿Cómo te definen tus compañeros de trabajo? ¿eres una persona ecuánime?, ¿siempre estás dispuesto a ayudar?
Estas preguntas son ejemplos de cómo construir la visión del futuro de nosotros mismos. Este horizonte ayuda a hacer más borrosas las dificultades circunstanciales que debemos atravesar en el camino a nuestra meta. Inclusive cuando los problemas que debamos atravesar nos lleven varios casilleros para atrás, tener en claro cuál es nuestra “misión personal” nos pone en contexto.
Hábito #3 | Pon primero lo primero
Cuantas veces en reuniones sociales escuchamos decir: “para mí la familia es lo más importante”, o “yo por mis amigos doy la vida”, o “la plata va y viene, lo importante es la salud”. Sin embargo al momento de analizar en qué disponemos de nuestro tiempo, es muy poco el que le dedicamos a encontrarnos con nuestra familia, o el que pensamos en nuestros amigos y como se deben estar sintiendo. Ni hablar cuando permitimos que nuestros hábitos de consumo sean dictados por otros, quienes siempre nos proponen que para ser felices hay que tener esto, y luego aquello.
Definir entonces y distinguir actividades Importantes, de las Urgentes.

Lo que debemos buscar lograr es invertir la mayor parte de nuestro tiempo Actividades Importantes y No Urgentes.
En las propias palabras de Stephen Covey: “La persona efectiva tiene crisis y emergencias en actividades urgentes-importantes que requieren atención inmediata, pero el número es comparativamente pequeño… se mantienen en equilibrio enfocándose en lo importante, más no en lo urgente”.
En los artículos que sigan a esta propuesta terminaremos de desarrollar los siguientes hábitos. Luego continuaremos desarrollando otros abordajes sobre estos temas a lo largo de este mes.
Los invito a que comenten si les pareció interesante la propuesta. De esta manera, del debate, seguramente, lograremos mejores resultados en nuestro objetivo de hacernos dueños de nuestro tiempo.
Dr. Mariano Alvarez Caches
MN 81448
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